Somaliland Elections: Cecilia Milesi joins observation mission

Kate_Stanworth©Somaliland02Cecilia joined the international election observers to the Somaliland’s third presidential election (13 November 2017). The mission is composed by 60 selected experts, academics and professionales from 24 countries.

The international election observation mission (EOM) has been invited by Somaliland’s National Electoral Commission (NEC) and is funded by the British government. The EOM will conduct its observation activities in accordance with the Declaration of Principles for International Election Observation, emphasising the impartiality of that observation.

The EOM is led by the Development Planning Unit (DPU) at University College London (UCL), and Somaliland Focus UK. Team co-ordinators will examine all aspects of the pre-election campaign, including access by political parties to locations for campaigning, the equality of access to the media, and the procedures that will be employed for the distribution of election materials, voting itself and the counting and tallying of ballots. The EOM will observe polling stations across Somaliland’s six regions, and will publish its final report in the first half of 2018.

About the Republic of Somaliland:

DruckThe Republic of Somaliland, is an internationally-unrecognised country in north-west Somalia. Since Somaliland’s reconstitution as an independent state in May 1991, the territory has sought to build a new polity, charting a path away from violent conflict to a competitive and democratic political system. The process began with a constitutional plebiscite in 2001, and since 2002 all of Somaliland’s key political institutions – district councils, the presidency and vice presidency, and, with these latest elections, parliament itself – have been subjected to popular vote. The successful staging of these three elections has important implications for Somaliland and the political entities that emerge from the wreckage of the Somali state, as well as for the region in general.

Cecilia has undertook research on Somaliland peace and state-building process, stressing the importance of society-rooted efforts to build stable, safe, peaceful and democratic contexts and countries. Her research can be accessed here

ESPAÑOL

Cecilia se sumo a la mision de observacion electoral de la tercera elección presidencial de Somalilandia (13 de noviembre de 2017). La misión está compuesta por 60 expertos  académicos y profesionales seleccionados de 24 países.

La misión de observación electoral internacional (EOM) ha sido invitada por la Comisión Electoral Nacional de Somalilandia (NEC) y está financiada por el gobierno británico. La EOM llevará a cabo sus actividades de observación en conformidad con la Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones, haciendo hincapié en la imparcialidad de esa observación.

La MOE está dirigida por la Unidad de Planificación del Desarrollo (DPU) del University College London (UCL) y Somaliland Focus UK. El equipo examinará todos los aspectos de la campaña preelectoral, incluido el acceso de los partidos políticos a lugares para realizar campañas, la igualdad de acceso a los medios y los procedimientos que se emplearán para la distribución de materiales electorales, el proceso de votación en sí mismo y el conteo de votos. La EOM observará los colegios electorales en las seis regiones de Somalilandia y publicará su informe final en la primera mitad de 2018.

Sobre la Republica de Somalilandia:

DruckLa República de Somalilandia, es un país internacionalmente no reconocido en el noroeste de Somalia. Desde la reconstitución de Somalilandia como estado independiente en mayo de 1991, el territorio ha tratado de construir un nuevo sistema de gobierno, trazando un camino que los aleje de los conflictos violentos para convertirlos en un sistema político competitivo y democrático. El proceso comenzó con un plebiscito constitucional en 2001 y, desde 2002, todas las instituciones políticas clave de Somalilandia: los consejos de distrito, la presidencia y la vicepresidencia y, con estas últimas elecciones, el propio parlamento, han sido sometidas a votación popular. La puesta en escena exitosa de estas tres elecciones tiene implicaciones importantes para Somalilandia y las entidades políticas que surgen de los restos del estado somalí, así como para la región en general.

Cecilia ha emprendido investigaciones sobre la paz en Somalilandia y el proceso de construcción del estado, destacando la importancia de los esfuerzos arraigados en la sociedad para construir contextos y países estables, seguros, pacíficos y democráticos. Su investigación se puede acceder aquí

 

ARTICULO SOBRE SOMALILANDIA, autoria de Cecilia y publicado por Open Democracy | Democracia Abierta

ESCRITO POR CECILIA MILESI —

Soñar con crear un país: Somalilandia

Por Cecilia Milesi

Fotos: Kate Stanworth – www.katestanworth.com

Los últimos meses de 2017 han estado caracterizados por debates globales en relación con el reconocimiento de nuevos estado-nación y las consecuencias de estas decisiones en relación al orden global y la ampliación (o limitación) de los derechos ciudadanos. Desde Europa hasta Medio Oriente y África, estamos discutiendo abiertamente, por ejemplo, cuales son las condiciones para reconocer un nuevo país; cuáles son las consecuencias políticas de este reconocimiento en términos de estabilidad socio-política y económica, inclusión y derechos ciudadanos; o cuáles son los corolarios en términos de prevención de conflictos y mantenimiento de la paz en el largo plazo. Pienso, por ejemplo, y solo por nombrar algunos casos, la lucha política en Catalunya, el referéndum de independencia en Kurdistán, el debate continuo en relación a Palestina -hoy renovado en tiempos de Trump- y la actual guerra civil en uno de los países más nuevos, internacionalmente respaldado, Sudán del Sur.

Mientras tanto, en Somalilandia -norte de Somalia, África oriental- los somalilandeses, en silencio y con confianza, continuaron concretando sus propios sueños de creación de un estado-nación: en los últimos meses, Somalilandia organizó su tercera elección presidencial -que tuvo lugar el 13 de noviembre-, demostrando la fortaleza de su régimen electoral, su sistema de partidos y su construcción institucional híbrida. Todo, con el deseo de, un día, ser reconocida por el mundo como una entidad política con derecho propio. Hace veintiséis años, Somalilandia declaró unilateralmente su independencia de Somalia. Ahora disfruta de paz y estabilidad en un contexto regional volátil y violento. Sin embargo, Somalilandia no es reconocida por ni un solo país. Más allá de esto, durante todos estos años, los somalilandeses, paso a paso, han superado los desafíos sociopolíticos y económicos más complejos y, con poco o nada apoyo de la comunidad internacional, han co-creado lo que hoy se considera un ejemplo único de paz. Esto atrae la atención de muchas personas como nosotros que buscamos comprender cómo los ciudadanos locales organizados pueden (y deben) diseñar sus propias soluciones a la guerra civil, la inseguridad, la pobreza, los problemas ambientales y la inestabilidad.

Como miembros de Somaliland Focus UK, acompañamos los esfuerzos de Somalilandia. Recientemente, organizamos la Misión de Observación Electoral Internacional (EOM) de las elecciones presidenciales. Al mismo tiempo, divulgamos conocimientos sobre este país de África, que ofrece lecciones únicas al mundo.

En este artículo, realizo una breve presentación sobre el proceso de creación-formación de Somalilandia, sus logros y desafíos actuales. Esperamos que sea una contribución para compartir información sobre lo que ciertamente es un ejemplo para el mundo. Publicaré un informe de investigación ampliado a principios del próximo año (junto con la Dra. Marta Fernández, Brasil). La EOM publicará el informe final sobre su misión de observación durante la segunda mitad de 2018.

Un caso único de construcción de paz y de un Estado-nación en el Este de África

Somalilandia es un ejemplo exitoso de construcción de paz y Estado-nación. A diferencia de otros países africanos, que aún sufren diversos conflictos violentos e intervenciones internacionales imperfectas y/o militaristas, en Somalilandia, los ciudadanos locales fueron y son los quienes lideran los procesos socio-políticos internos, creando y sosteniendo un orden legitimado.

El final de la guerra civil fue posible debido a la implementación de un modelo de negociación entre clanes, llevado delante de manera totalmente local: un sistema consuetudinario de mediación respaldó la reconciliación a partir del “olvido social”, el diálogo para promover la paz y la escritura y aprobación de una constitución nacional. Desde 1991, los clanes locales organizaron y autofinanciaron varias conferencias de paz entre clanes, llevaron adelante asambleas de base que se ocuparon de temas diversos -desde reconciliación a cuestiones constitucionales y de formación institucional. Todo esto, siguiendo las costumbres locales: una conferencia indígena podía durar varios meses, se basaba en el compromiso implícito de búsqueda y construcción de consensos difíciles facilitados por los ancianos locales, e implicaba largas sesiones de discusión celebradas bajo las acacias, inspiradas por poesía milenaria. El paisaje y la predisposición positiva de las personas fueron la puerta de entrada a lo que se llama “atención comprensiva” y el interés mutuo, dos precondiciones para generar acuerdos colectivos, nuevas ideas, decisiones grupales y, finalmente, crear un país. Todo, logrado a pesar de diversos desafíos, incluidos estallidos violentos entre reuniones[1].

Hoy, Somalilandia tiene consejos locales, un parlamento bicameral -incluyendo el “Guurti” formado por ancianos indígenas y una cámara con representantes elegidos en elecciones democráticas-, sus instituciones ejecutivas -que incluyen varios ministerios especializados-, un banco central y una moneda local, un presupuesto que financia la política pública nacional (el Plan Nacional de Desarrollo y otras políticas) y varias representaciones internacionales que funcionan en el exterior como “embajadas”. Somalia no reconoce la declaración de independencia de Somalilandia. Como consecuencia, hay un proceso de diálogo que, actualmente, es mediado por Turquía[2].

Legitimidad: un Estado creado por y para los ciudadanos locales

Muchos estudios brindan evidencia sobre la legitimidad del proceso de paz de Somalilandia y su proceso de construcción de Estado: “Somalilandia tuvo más éxito en legitimar el Estado a los ojos de sus ciudadanos porque este proceso estuvo basado en nociones culturales que ni el colonialismo ni el “socialismo científico” pudieron erradicar … Somalilandia podría, de hecho, ser visto como la primera forma de gobierno africana moderna indígena que implica formas tradicionales de organización basadas en la reafirmación de la identidad de linaje y la territorialidad dentro de un marco democratizador que hace hincapié en la autosuficiencia” (Kibble, 2001). En definitiva, el Estado-nación de Somalilandia fue demandado y co-creado por sus mismos ciudadanos y a partir de las dolorosas lecciones por la guerra interna, las luchas posteriores a la independencia y las opciones políticas divergentes en los tiempos de la Guerra Fría. En este contexto, y lo que es más importante, la gente de Somalilandia depositó su fe en el sistema consuetudinario y nativo, que pudo proporcionar seguridad y previsibilidad durante el largo y doloroso proceso político posterior a la independencia y la reconstrucción posterior a la guerra civil.

Debido a este apoyo de toda la sociedad a la joven democracia, la gran mayoría de somalilandeses defiende y nutre a Somalilandia, a pesar de la falta de reconocimiento internacional y las diferencias existentes entre los diversos clanes y partidos políticos. Contra todo pronóstico, se mantienen unidos en la idea común de mantener la seguridad de su nación, mientras trabajan arduamente para promover más oportunidades de desarrollo para todos. En conclusión, es importante destacar la prevalencia y el respeto de las políticas dinámicas de legitimación locales que sobresalen en relación con las condiciones e intereses a corto plazo impulsados por “actores internacionales” que participan activamente en otros procesos de paz y construcción del Estado en el continente africano y más allá.

Terceras elecciones presidenciales y el futuro por delante

Como mencionamos anteriormente, en noviembre de 2017, Somalilandia organizó su tercera elección presidencial, coordinada eficientemente por la Comisión Electoral Nacional (CNE). Los candidatos de tres partidos políticos realizaron con éxito sus campañas y la elección resultó en la confirmación, a finales del mes, de Musa Bihi Abdi del Partido Kulmiye como nuevo presidente. A diferencia de otros países africanos -donde los presidentes permanecen en el poder durante décadas creando un contexto político sofocante-, en Somalilandia, el actual presidente Ahmed Mohamed Mohamoud (Silanyo), también del partido Kulmiye, no se postuló para un segundo mandato.

En los días posteriores al día de la votación, surgieron tensiones entre los partidos políticos, sus seguidores y los clanes asociados, debido a algunos desafíos institucionales (percibidos y reales) vinculados con toda elección que intenta ser bien organizada y transparente. Sin embargo, estos desacuerdos fueron, una vez más, eventualmente negociados con éxito por los líderes locales -de partidos políticos, instituciones y representantes indígenas- con el objetivo de “defender” la paz, la coexistencia y la estabilidad democrática por sobre todo. Es interesante destacar que el candidato derrotado declaró abiertamente en una conferencia de prensa días después de las elecciones: “No quiero que mi deseo de ocupar este puesto (el de presidente) sea una razón para destruir mi país y derramar la sangre de mi pueblo”. Como mencionó Edna Anan -una de las líderes sociales locales más reconocidas- en una de las reuniones públicas organizadas después del día de las elecciones: “sobre todo, los somalilandeses reconocen que con la democracia todos ganan”. El 21 de noviembre, la Comisión Electoral Nacional declaró el resultado final. El 28 de noviembre, la Corte Suprema de Somalilandia respaldó el mismo, después de que no se recibieran quejas formales.

Los somalilandeses en todos los rincones del país -desde las zonas rurales desérticas hasta las ciudades más populosas- inundaron escuelas y centros comunitarios para emitir su voto. Los jóvenes -por ejemplo, un grupo de más de 600 jóvenes observadores locales, cientos de estudiantes que constituían la mayoría del personal electoral, policías nacionales y agentes de partidos políticos- trabajaron incansablemente para, una vez más, demostrar su fe en la democracia. Fue conmovedor ver la movilización social a tal escala para apoyar el derecho a decidir.

Si bien las formas tradicionales y nativas de organización siguen siendo muy importantes, las nuevas generaciones comienzan a ingresar rápidamente al espacio público. Comienzan a organizar nuevas iniciativas, como promover debates públicos y presionar por una mayor transparencia y escrutinio público de las negociaciones y prácticas establecidas tradicionalmente por clanes y partidos políticos – en general dominados por hombres. Las organizaciones de jóvenes y mujeres están trabajando arduamente para cambiar algunas costumbres tradicionales discriminatorias, peligrosas e injustas. Por ejemplo, durante este período electoral, la nueva empresa social “Inspire” (Inspirar), totalmente creada y dirigida por jóvenes de no más de 30 años, organizó el primer debate presidencial nacional en televisión: todos los candidatos tuvieron que responder a preguntas concretas mientras la nación observaba y debatía abiertamente la calidad de las propuestas y sus opciones. Las redes sociales se utilizan ampliamente para compartir ideas e información, conectando a todos más allá de cualquier distinción social, de género o de clan. Incluso, Somalilandia podría ser el primer país africano en prohibir la mutilación genital femenina (MGF), según las promesas de todos los candidatos presidenciales.

Aún quedan muchos desafíos por delante: los nuevos inversionistas e intereses regionales podrían abrir la necesidad de pensar más intensa e inteligentemente en términos de prevención de conflictos y en relación a cuestiones relativas a la soberanía nacional. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) han firmado un acuerdo para mejorar el puerto de Berbera y abrir una base militar cercana. Las cuestiones relacionadas con los precios, tenencia y la gestión de la tierra en la zona, así como el manejo transparente de los recursos ya están causando inquietudes y tensiones. Tan pronto como las inversiones y los fondos para el desarrollo comiencen a llegar al país, Somalilandia podría verse en la necesidad de reafirmar su compromiso en poner a sus ciudadanos y la paz ante y por sobre todo, implementando iniciativas sólidas y medidas que protejan los derechos humanos, prevengan la corrupción y promuevan el desarrollo sustentable y transparente. Del mismo modo, Somalilandia debe comenzar a invertir recursos en las áreas de educación, salud, infraestructura y desarrollo socio-económico (a nivel micro y macro), superando años de gastos ligados principalmente a las áreas de seguridad y desarrollo y reforma institucional (hardware estatal).

En definitiva, será vital distinguir si Somalilandia pone los derechos humanos, la paz y la dignidad de los ciudadanos en el centro de cada decisión política futura. Este es el momento de tomar las decisiones correctas. En momentos en que enfrentamos nuevas preguntas en relación con movimientos secesionistas e independentistas, Somalilandia ofrece ejemplos sobre cómo los ciudadanos pueden organizar sus propios procesos socio-políticos, haciendo oír las voces de los ciudadanos para construir y sostener procesos e instituciones sociales justas que prevalece sin mucha o nada de “ayuda internacional”. Al mismo tiempo, Somalilandia plantea nuevas y viejas preguntas al mundo: ¿cuándo y por qué reconocer la creación de un nuevo país y cuándo esto facilita la paz y la seguridad? ¿Cuáles son las limitaciones y problemas de la intervención internacional -por acción u omisión- cuando el desafío es apoyar la armonía sociopolítica? ¿Puede un país africano convertirse en un ejemplo para el mundo en el respeto de los derechos humanos y la dignidad de los ciudadanos? Eso esperamos. Nosotros, continuaremos observando y apoyando este ejemplo de construcción socio-política y paz.

[1] Para más información sobre el Sistema nativo de negociación y reconciliación utilizado por los líderes en Somalilandia para lograr la paz y construir el Estado-Nación, analizado en términos comparativos con la perspectiva linear-occidental sponsoreada por los grandes poderes internacionales, se puede leer mi investigación “Negotiating Memory and Forgetting: customary law and local politics in post-conflict governance”, 2009 – http://ceciliamilesi.com/2014/08/20/research-memory-customary-law-and-peace/

[2] General information about Somaliland in a nutshell: https://en.wikipedia.org/wiki/Somaliland

 

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